“Quiero su cabeza”,
dijo el revolucionario que soñamos
al escuchar hablar a los más sabios hombres del enemigo,
“traedme su cabeza cuanto antes.
Conquistémosla con las marcas de la conciencia
que nos turba:
ese territorio fértil arderá en espuma y nos sabrá ayudar.
Quiero su cabeza
pensando para nosotros,
quiero su cabeza
inteligente en este lado de la guerra.
Sé que nos va a entender.
Traedme su cabeza cuanto antes”
Y mandó a primera línea de batalla
a sus mejores maestros.
Laura Casielles. Los idiomas comunes
Editorial Hiperión
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