sábado, 23 de abril de 2011

Haced esto en conmemoración mía

Jueves santo de una semana profana

En la llamada “ultima cena” encontramos una clave.
El contexto de la cena se sitúa en las ultimas horas de Jesús en la clandestinidad. Eran horas de tensión y el grupo estaba viviendo sus momentos mas decisivos. El movimiento de Jesús necesita una vez más afirmarse en la piedra angular sobre la que se sostiene. La cena como simbolo privilegiado del Reino de Dios y lugar de encuentro, en una intimidad comunitaria que se organiza en la corporeidad plena y la sensorialidad material de los cuerpos que comparten la vida en la donación que es re-encuentro con el otro: Resurrección.
En esa , se encuentra lo fontal de la vida. Es la gratuidad, pisoteada luego bajo la instrumentalidad de la razón calculadora y mercantil. Anterioridad a la que el evangelio nos invita a arrojarnos como movimiento de atravesamiento hacia lo trascendente, es decir, el otro negado, el pobre y oprimido, el que no tiene vivienda, y todo aquel a quien se le niega, el derecho a la vida plena.

Les dijo Jesús a sus discípulos en clave política,
“Haced esto en memoria de mi”.

De esto se trata !!, memorear en la praxis, que es lo opuesto al recuerdo.
Un hacer colectivo, que como memoria, se hace presente y actualiza en el compartir con los excluidos el alimento para la vida. La vida como alimento, como aliento vital que amplifica los cuerpos y la potencia revolucionaria de lo comunitario que da frutos de esperanza para ponernos de pie. Tiempo mesiánico cuya potencia se encuentra en el pan que se comparte y reparte.
La memoria del evangelio es memoria EN PRAXIS.
Celebremos en memoria !!.

Rafael Villegas

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