sábado, 12 de marzo de 2016

EL DENGUE DE TODOS LOS AÑOS

Adrián Díaz es investigador de CONICET en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas y profesor en el Instituto de Virología Dr. J. M. Vanella de la Universidad Nacional de Córdoba.
¿Hay en Argentina una epidemia de dengue, chikungunya y zika o un brote epidémico?
Adrián Díaz: “Brote epidémico” suena más pequeño, pero técnicamente es lo mismo que una epidemia. Cuando los ministerios de salud declaran la emergencia por epidemia, es más que nada por una cuestión administrativa, para manejar a discreción los fondos. En la actualidad, la zona centro-norte de Argentina tiene una epidemia de dengue y la provincia más afectada es Misiones. En Salta Capital y en Tartagal hay una epidemia de chikungunya, con circulación autóctona del virus. Es la primera vez que hay una epidemia por este virus en Argentina. Con respecto al virus zika, se han detectado casos aislados, la mayoría importados.
¿Cómo llegamos a esto? Porque hace unos años no había dengue en Argentina?
Hace bastante que tenemos dengue. El dengue reemergió en Argentina a fines de los 90. Son virus que pueden generar epidemias porque el vector (el mosquito Aedes aegypti) tiene la capacidad de adaptarse a los ecosistemas urbanos. Todos estos virus son zoonosis, el dengue, chikungunya y zika tienen un origen selvático. Chikungunya y zika en África y el dengue en Asia.
Y Aedes aegypti ¿estuvo siempre o aumentó su rango de distribución?
Aedes aegypti viene de Egipto y otras partes de África. Se introduce en Centroamérica con el tráfico de esclavos. Y junto con él se introduce el dengue y la fiebre amarilla. La introducción se dio básicamente por el mosquito, porque el virus en el mosquito persiste mucho tiempo, pero en el humano sólo por cinco a diez días.
En los 60, la Organización Panamericana de la Salud establece un programa de erradicación del Aedes aegypti, para la década del 70 la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe habían erradicado a este mosquito. Argentina certificó la erradicación en los 70, pero estudios indican que quedaron focos aislados sin erradicar.
En la década del 90 se relajan estos programas de control y Aedes aegypti comienza a expandirse nuevamente por toda la región. En la actualidad se registra su presencia incluso en Neuquén, cuando el límite histórico había sido la provincia de Buenos Aires. Con el aumento de las temperaturas promedio, el mosquito se está extendiendo. Estos mosquitos, si bien son tropicales, tienen huevos muy resistentes al frío y a la sequía.
Entonces ¿por qué llegamos a esto? Porque se relajaron los controles y el manejo integrado de las poblaciones del vector. Porque aumentó la interconectividad gracias a los vuelos internacionales. Cuando aparece el vector empezamos a tener dengue, se introduce chikungunya y en cualquier momento puede ser que se establezca zika. Uno puede hablar de circulación autóctona y no significa que el virus se haya establecido. El establecimiento del virus depende de muchos factores. Por ejemplo para el dengue, hasta ahora no tenemos evidencia de que el virus permanezca activo durante el invierno.
¿Eso quiere decir que se forma cada año una nueva epidemia?
Claro, lo sabemos por el patrón espacial y la evidencia genética. Siempre los casos aparecen primero en los países limítrofes y después ingresan a Argentina. Hasta ahora el virus se introduce anualmente, desde el noreste o el noroeste del país. Al ser una zona templada, hay un período de inactividad de la transmisión vectorial. Eso nos salva, pero los huevos sí quedan y todos los años la población del mosquito se reactiva.
¿Todos los años se comete el mismo error o no se aprende de los años anteriores?
Hay negligencia, tanto por parte del Estado como de la población. En 2009 hubo una epidemia muy grande de dengue y todo el mundo empezó a prestarle atención al mosquito. Llega el invierno y desaparece.
La cuestión es fácil y a la vez compleja. Se sabe mucho de la biología de Aedes aegypti, pero el problema es que para disminuir sus poblaciones tenemos que modificar nuestro comportamiento. Es un mosquito netamente urbano, que se cría en criaderos artificiales, desde una tapita de gaseosa o de cerveza hasta un tanque de agua. No está vinculado a la deforestación, a menos que se sea para urbanizar, porque es un mosquito asociado a las viviendas humanas y no está presente en ambientes rurales.
Pero hace mucho que las poblaciones rurales están migrando hacia las ciudades. Los centros urbanos crecen en forma desorganizada y sin planificación, sin una infraestructura mínima de servicio como agua de red. Entonces se compra un tacho para el agua. Y Aedes aegypti necesita un espacio oscuro, húmedo y con agua limpia. Un tanque de agua de plástico negro es ideal. No sólo es un problema de nuestra conducta, sino también es un problema de los gobiernos, de infraestructura y de previsión. Se promueve el crecimiento de las ciudades pero no se acompaña de infraestructura. Las acciones de los ministerios aparecen cuando hay epidemia, eso no es prevención.
Cuba, que era uno de los países con mayores problemas de dengue, enfocó su estrategia en varios aspectos, no solamente desde el diagnóstico y el tratamiento del enfermo, sino en el manejo integrado del vector. Hicieron campañas de descacharrado, el gobierno se encargaba de limpiar las casas de la población.
Acá da gracia escuchar al ministro de salud diciendo “la gente tiene que descacharrar”. Perfecto, pero si yo saco todos los cacharros de mi casa terminan en el basurero. Es un “me lavo las manos” y esas conductas de los políticos son muy peligrosas. Todos tenemos una tapita de cerveza tirada en el patio, pero eso no es excusa para que los gobiernos dejen de hacer su trabajo.
¿Podemos decir que el dengue es una enfermedad asociada a la pobreza?
No, el mosquito está asociado a la presencia del humano, sin importar su nivel económico. No está solamente donde hay ranchos de paja sin agua potable. Es más un problema de políticas públicas y saneamiento ambiental. Hay que volver a la mirada de los médicos sanitaristas de antes que no solamente se fijaban en los factores del patógeno sino también en factores ambientales. Y no podemos tapar el problema con la formulación de una vacuna o un insecticida.
¿Este mosquito es más resistente a los insecticidas?
Hace unos años se desarrolló un insecticida nuevo, pero se usó tanto que ya hay poblaciones de mosquito resistentes. El manejo integrado de plagas o de vectores no significa erradicarlos si no mantenerlos en cantidades bajas que no permitan una epidemia. Controlar el huevo no dándole lugar a las hembras para colocarlos, controlando las larvas y los adultos.
Para mí un factor clave es la educación. El plan de lucha de la provincia de Córdoba, por ejemplo, tiene un buen espíritu, pero nunca se llevó a cabo. No te podés quedar en las buenas intenciones. Por otro lado yo creo que hay una posición muy cómoda: lo soluciono con repelente, pongo larvicida, echo insecticida, me pongo una vacuna. Pero me acostumbro a vivir con la picadura del mosquito, me acostumbro a la basura, me acostumbro a... Eso es peligroso.
No es una posición anti tecnológica, pero me parece que hay una solución muy sencilla, muy económica y muy saludable que no involucra el desarrollo de químicos. La vacuna sirve para un virus por vez. Hay un lobby fuerte de las farmacéuticas y de la industria química para que las recomendaciones de los ministerios de salud descansen sobre un antiviral, una vacuna y un insecticida. Nadie apoya la educación y el descacharrado. ¿Cuánto sale hacer una campaña de descacharrado municipio a municipio y cuánto gasta al año el sistema nacional de vectores?
LID.

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