sábado, 19 de octubre de 2013

FELIZ DIA MADRE. OTRA MIRADA

El amor de la madre es incondicional
 y también es omniprotector y envolvente; 
como es incondicional, tampoco puede controlarse o adquirirse. Su presencia da a la persona amada una sensación de dicha;
 su ausencia produce un sentimiento de abandono y profunda desesperación.
 Puesto que la madre ama a sus hijos porque son sus hijos, y no porque sean «buenos», obedientes, o cumplan sus deseos y órdenes, el amor materno se basa en la igualdad. 
Todos los hombres son iguales, porque son todos hijos de una madre, porque todos son hijos de la Madre Tierra.

Fromm muestra la diferencia en que una madre y un padre aman a sus hijos, mientras que el amor de un padre es condicionado y por lo general está relacionado con la obediencia porque el padre cree ver su misma imagen en el hijo, el de una madre no requiere condición alguna, existe por la mera relación de la madre con su hijo. (1)
Morgan realizó descubrimientos muy parecidos, algunos años después que Bachofen, pero estudiando sociedades diferentes, ambos concluyeron que en varias fases de la historia primitiva existieron culturas que se organizaban en torno a la madre y se adoraba a diosas vinculadas con la fertilidad de la naturaleza que era uno de los valores más importantes en las ideas religiosas predominantes. (2)
La religión matriarcal juega un rol similar al del amor materno que siempre es incondicional y protector, que además se basa en la igualdad de todos sus hijos. Llegada la etapa patriarcal la madre perdió su papel predominante y pasa a ser el padre quién desempeñe el papel supremo, siendo éste quien dicte las leyes y normas, es decir el que  establece las obligaciones. A partir de ese momento para conquistar su amor era necesaria la sumisión y la obediencia, y siempre preferirá a aquel hijo que más se le parezca. La sociedad patriarcal es esencialmente jerárquica, se pierde la igualdad y comienza la competencia para obtener las mejores posiciones dentro de la familia y la sociedad, el desarrollo de la sociedad patriarcal avanzó paralelamente al crecimiento de la propiedad privada. (3)
Fromm fue un firme defensor de los derechos de la mujer, por eso se mostró siempre entusiasmado por las conclusiones de Bachofen, así lo expresó: “La comprensión plena de esta ideología patriarcal exigiría un análisis más detallado. Baste decir que las mujeres constituyen una clase dominada y explotada por los hombres en todas las sociedades patriarcales; como todos los grupos explotadores, los hombres dominantes deben producir ideologías a fin de explicar su dominación como natural, y por lo tanto necesaria y justificada. Las mujeres, como la mayoría de las clases dominadas, han aceptado la ideología masculina,  aunque en privado sustentaban sus propias ideas contrarias. Parece que la liberación de la mujer comenzó en el siglo XX, y que va acompañada por un debilitamiento del sistema patriarcal en la sociedad industrial, aunque ni siquiera hoy existe en país alguno una igualdad total, de facto, de las mujeres”. (4)
Según Bachofen los principios sobre los que se basaban las sociedades matriarcales eran la vida, la unidad y la paz. Al cuidar de los niños la mujer extiende su amor más allá de ella misma hacia otros seres humanos, el principio del matriarcado es la universalidad, la hermandad entre los hombres y tiene por elementos fundamentales los de la libertad y la igualdad, por el contrario el patriarcado se basa en imponer restricciones y en establecer una rígida jerarquía.
Durante el siglo XX hubo un avance importante tanto en los derechos de la mujer como en el de los niños, estos últimos encontraron voceros destacados en Pestalozzi, Freud y otros que señalaron que los niños tienen voluntad y pasiones propias que deben ser consideradas con mucha atención, uno de ellos fue el compañero de luchas de Fromm, el Dr. Benjamín Spock. En tanto los adolescentes exigen ser escuchados y ser sujetos activos en las pautas que determinan sus vidas, atacando vigorosamente la autoridad patriarcal. (5)
Bachofen rescataba valores como el respeto a los muertos y los antepasados, rasgos que caracterizaban a las sociedades matriarcales e indicaba que era un factor importante para dichas sociedades el amor por las tradiciones. (6)
Otro elemento fundamental estaba dado por la preocupación por el bienestar material y por la felicidad terrenal del hombre, también dicha sociedad tenía metas y propósitos que podrían definirse como “socialistas” en tanto no existían elites cuyo interés primara  sobre el resto, el amor y la comprensión eran principios dominantes, el daño a un semejante era un pecado grave y no existía la propiedad privada. (7)
En esas épocas primitivas las relaciones eran promiscuas por lo cual el único parentesco seguro era el de la madre, esa circunstancia le otorgaba autoridad tanto en el seno de la familia como en la sociedad, también esa situación se transfirió a la religión donde predominaban las deidades femeninas. Cuando los hombres impusieron el patriarcado, se estableció la monogamia, la autoridad del padre, el papel predominante de los hombres y los dioses fueron masculinos.(9)
Pero Fromm prefería hacer hincapié en otro aspecto: “Ante todo, había descubierto un período en el que la mujer era la autoridad y el centro de la sociedad, antes que la esclava del hombre y un objeto de trueque: ello otorgaba un importante respaldo a la lucha por la emancipación política y social de la mujer”.
Avanzó aún más al indicar que la familia patriarcal es un factor primordial para sostener la estabilidad de la sociedad dividida en clases, donde además se asienta un principio de autoridad por el cual el deber es mucho más importante que la dicha, y que en este sistema el miedo juega un rol casi imprescindible para mantener a los súbditos dóciles ante la autoridad.
Bachofen mostraba los aspectos beneficiosos de aquella lejana sociedad matriarcal: “Al cuidar a sus hijos, la mujer aprende antes que el hombre a extender sus amantes cuidados más allá de los límites de su yo hacia otra criatura, y a dirigir los dones de invención que posee a la conservación y mejoramiento de la existencia de ese otro”.
Y continuaba describiendo : “ Pero el amor que nace de la maternidad no es sólo más intenso sino también más universal…En tanto que el principio paterno es intrínsecamente limitativo el principio materno es universal; el principio paterno implica limitación a grupos definidos, pero el materno, como la vida de la naturaleza, no conoce barreras”.
“Las culturas matriarcales presentan muchas expresiones y aún formulaciones jurídicas, de este aspecto del principio materno. Es la base de la libertad e igualdad universales, tan frecuentes entre los pueblos matriarcales, de su hospitalidad y de su aversión a las restricciones de toda índole…”. (10) 
Bachofen también demostró que la sociedad matriarcal se caracterizó por la preeminencia de los lazos de sangre y del suelo, y la aceptación de los fenómenos naturales. En cambio la sociedad patriarcal tiene como factores principales el respeto por la ley, el predominio del pensamiento racional y el esfuerzo del hombre por modificar los fenómenos de la naturaleza.
Mientras en el matriarcado todos los hombres son iguales ya que la madre ama por igual a todos sus hijos y no por el mérito realizado, el objetivo es la felicidad y la vida es un valor en sí mismo. En el patriarcado la obediencia es la principal virtud, existe un hijo favorito y la sociedad es jerárquica.
No queremos dejar de señalar que sin duda Bachofen idealizaba a esas sociedades primitivas, pero esto no puede ocultar la importancia de sus descubrimientos y mucho menos dejar de rescatar sus conclusiones imprescindibles para reivindicar derechos que les fueron negados a las mujeres a través de los siglos.
También surgieron datos aportados por otros antropólogos que establecieron que la sociedad neolítica era relativamente igualitaria, sin jerarquías, ni explotación, ni con una tendencia marcada hacia la agresión, algunas de esas sociedades tenían una estructura matriarcal coincidiendo esto con que, en general eran pacíficas, Bachofen extiende estas características a todas las sociedades matriarcales.    
Fromm recurrió a la Antígona de Sófocles para mostrar esa lucha entre los valores del matriarcado y el patriarcado, Creón uno de los personajes expresa la obediencia como valor supremo, en tanto la solidaridad y el amor quedaban en un segundo plano. 
Dice Creón: “Si, hijo mío. Esta debe ser la ley fija de tu corazón: obedecer, en todas las cosas, la voluntad de tu padre. Por eso todos los hombres oran pidiendo que los rodeen en sus hogares hijos obedientes, y que paguen con mal a los enemigos de su padre, y honren, como hace su padre, a sus amigos”.
Y continuaba su discurso en defensa de la obediencia ciega: “… cualquiera que nombre la ciudad, ese hombre debe ser obedecido, en las cosas grandes, y en las chicas, en las justas y en las injustas; y estaré seguro que el que así obedezca sería tan buen gobernante como es buen súbito…”.
Y para que no quedaran dudas, decía Creón: “Pero la desobediencia es el peor de los males es lo que arruina a las ciudades; devasta al hombre; las filas de los aliados se quiebran en veloz derrota; pero las vidas de línea honesta deben en gran parte su seguridad a la obediencia. Por eso debemos sostener la causa del orden, y no tolerar de ningún modo que una mujer nos derrote. Es mejor caer, si es preciso, por el poder de un hombre; y no ser llamados más débiles que una mujer”. (13)
Antígona y su prometido Henón representan los valores del matriarcado, en tanto Creón quien era padre de Henón, defendía los valores del patriarcado y la autoridad.   
La Biblia ya comienza estableciendo el principio del dominio patriarcal y elimina cualquier huella de sociedades anteriores con características matriarcales. Con la expulsión de Adán y Eva del paraíso quedó establecido el dominio del hombre sobre la mujer. (14)
Tanto en Grecia como en Palestina se encuentran sociedades organizadas patriarcalmente que han surgido victoriosas de una sociedad anterior con rasgos matriarcales. Los griegos sentaron las bases del desarrollo intelectual del mundo occidental, dejando establecida la plataforma para el pensamiento científico, desarrollaron la filosofía y crearon la teoría del Estado y la sociedad como continuidad de la surgida en Roma ya que en esta no pudo continuar su evolución progresista estancándose en el siglo IV cuando fue creada la Iglesia Católica. (15)
(1) El amor a la vida, pag. 169  
(2) La condición humana actual, pag 34
(3) El arte de amar, pags. 68 y 69
(4) La crisis del psicoanálisis, pag. 65  
(5) Ob. Cit., pags. 122 a 125
(6) Ob. Cit., pags. 130 a 133
(7) Ob. Cit., pag. 141
(8) Ob. Cit., pags 144 y 145
(9) El lenguaje olvidado, pag. 154
(10) La crisis del psicoanálisis, pags 148, 149 y 150
(11) El lenguaje olvidado, pags. 147 y 148
(12) Ob. Cit., pags 155 y 156
(13) Anatomía de la destructividad humana, pags 167 y 168
(14) Ob. Cit., pags 174 y 175
(15) Psicoanálisis en la sociedad contemporánea, pags. 51 y 52
(16) ¿Tener o ser?, Erich Fromm, Fondo de Cultura Económica, 1980, pag. 138

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