sábado, 31 de diciembre de 2011

Solidaridad. Solidez

Solidaridad es un término que procede del latín soliditas, el cual significa “solidez”, y se usa para expresar la realidad homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto y cuyas partes integrantes son de igual naturaleza, como ocurre con todos los individuos que forman parte de una sociedad.

Puede definirse como la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, no solamente cumpliendo las leyes y normas de la sociedad en la que vivimos, sino asumiendo voluntaria y desinteresadamente las cargas y problemas de los demás. No sólo consiste en dar ayuda, sino que implica un compromiso con aquel a quien se brinda solidaridad, basado en el valor de la “empatía”, por el cual somos capaces de “ponernos en la piel” de los demás compasivamente, compartiendo así sus sentimientos y problemas.

Está fundada en el principio de la igualdad radical que une a todos los hombres, la cual llega incluso hasta la idea de fraternidad, que afirma que todos los hombres somos hermanos, miembros de una gran familia, por lo cual todos somos responsables de lo que le sucede a los demás y nos debemos ayudar mutuamente, prestándonos servicios de manera desinteresada

La solidaridad debe mirar tanto por el prójimo más cercano como por el hermano más distante, puesto que todos formamos parte de la misma realidad de la naturaleza humana en la tierra, ya que todos los pueblos y culturas que hoy pueblan el planeta somos interdependientes y tenemos un destino común.


Se cosecha lo que se siembra

Un noble inglés le debía un favor a un agricultor, y fue a visitarlo para recompensarle.

—No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice —respondió el agricultor, rechazando la oferta.

En ese momento, el hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.

—¿Es ese su hijo? —preguntó el noble.

—Si —respondió el agricultor lleno de orgullo.

—Le voy a proponer un trato: Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.

El agricultor aceptó. Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor se graduó en la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje conocido a través del mundo, el notorio Sir Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina.

Algunos años después, el hijo del noble inglés cayó enfermo de pulmonía. ¿Qué lo salvó? La penicilina.

El nombre del noble inglés era Randolph Churchill. Su hijo se llamaba Sir Winston Churchill.

http://www.laureanobenitez.com/cuentos_de_solidaridad.htm

LA MEMORIA (León Gieco)

jueves, 29 de diciembre de 2011

Indicadores para implementacion de Politicas de Salud en SSS

Indicadores para implementacion de Politicas de Salud en SSS

Reglamentación ley 26682 de Medicina Prepaga

Salud Universal 2010/2011: Reglamentación ley 26682 de Medicina Prepaga - Dec...: Ley 26682 de Medicina Prepaga en Argentina http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=182180 Decreto 1991/2011 - Sustituye ...

PMO


ACAPARAMIENTO DE TIERRAS. LOS VERADEROS OCUPAS.

Tierra y poder | Oxfam International

sábado, 24 de diciembre de 2011

PRINCIPIOS DE PRESCRIPCION ACERTADA DE MEDICAMENTOS

Principios de prescripción conservadora
Posted on 12/12/2011 http://prescripcionprudente.wordpress.com/2011/12/12/principios-de-prescripcion-conservadora/
En un esfuerzo por evitar sufrimientos y alargar la vida de nuestros pacientes, frecuentemente recurrimos a medicaciones. Esto es normal en la mente no escolarizada, que cae sin advertirlo en el sesgo de benevolencia o de beneficencia, asociándolo a“más es mejor”, pues la creencia le proyecta una solución simple y equivocada al ignorar que el problema está en un nivel de más complejidad. Es un caso más de realidad ingenua frente a realidad real de los cientos que han demostrado experimentalmente investigadores de la psicología y la neurobiología desde mediados del siglo XX hasta hoy.
La palabra prudencia viene del latín “prudentia”, y a su vez del latín “pro videntia”, o sea, el que ve por adelantado. Ahora bien, comenzar a practicar la prudencia exige un esfuerzo, es cuesta arriba, pero su cultivo equilibra la pendiente y acaba proporcionando más beneficios que sus contrarios: la impulsividad y las ideas prestadas.
En septiembre de este año Schiff y col han publicado una revisión, de los que a su criterio, son los principios de una prescripción juiciosa. Los consideran un requisito previo para el uso seguro y apropiado de los medicamentos. Se basan en pruebas experimentales y en lecciones de estudios recientes que demuestran problemas con medicaciones ampliamente prescritas y ofrecen una serie de consejospara una más cauta y prudente prescripción. En estos se urge a los médicos a:
1) Pensar más allá de los medicamentos. Por ejemplo considerar la terapia sin fármacos, pues hay abundante literatura que apoya iniciar con medidas no farmacológicas en casos como la hipertensión, diabetes, insomnio, dolor de espalda, artritis y dolor de cabeza. Cabe también buscar las causas subyacentes tratables, porque ¿podría ser resuelto un trauma ocupacional antes de usar un AINE o un acoso moral antes de prescribir un antidepresivo? Además, también es posible una buena prevención, pues mientras metformina retrasa o previene el desarrollo de DM2, los estilos de vida han demostrado que pueden ser más efectivos. Y el abandono del tabaco salva más vidas que la quimioterapia.
2) Practicar prescripciones más estratégicas (diferir el tratamiento no urgente, evitar cambio no justificado de medicamentos, ser prudentes acerca de usos no probados de medicamentos, y comenzar el tratamiento con un solo fármaco nuevo a la vez).
3) Mantener una alta vigilancia en relación con los efectos adversos (sospechar reacciones por los fármacos, ser conscientes de síndrome de abstinencia; y educar a los pacientes a anticipar las reacciones).
4) Ejercitar la precaución y el escepticismo con los fármacos nuevos (buscar fuentes de información no sesgadas, esperar hasta que los fármacos lleven suficiente tiempo en el mercado; ser escéptico acerca de las variables subrogadas en lugar de los verdaderos resultados en salud; evitar el estiramiento imaginario de las indicaciones; evitar la seducción por una elegante farmacología molecular; tener cuidado con los informes selectivos de los ensayos clínicos).
En este punto destacan algunos recientes ejemplos que deben recordar los prescriptores, como: a) el estudio CAST (Cardiac Arryhthmia Suppression Trial), en el que al tiempo que aunque se suprimieron las contracciones ventriculares prematuras con encainida o flecainida, se incrementó el riesgo de muerte prematura; b) el estudio CONCORDE, en el que se mejoraba con zidovudina el recuento de los linfocitos CD4 sin mejorar la supervivencia de pacientes con virus de inmunodeficiencia; c) el estudio CHOIR (Correction of Hemoglobin and Outcomes in Renal Insuffieicncie) y el estudio CREATE (Cardiovascular Risk Reduction by Early Treatment With Epoetin), en los que el aumento de los niveles de hemoglobina con eritropoyetina en pacientes en diálisis se asoció con peores resultados en salud; d) el estudio ENHANCE (Ezetimibe and Simvastatin in Hipercolesterolemia Ehances Atheriosclerosis Regresión), en el cual aunque ezetimiba más simvastatina redujeron el colesterol más que simvastatina sola, al mismo tiempo se mantuvo el mismo espesor de la capa íntima media en ambos grupos de pacientes con hipercolesterolemia familiar heterocigótica; situación similar a lo que sucedió con este tipo de pacientes en el estudio RADIANCE, en el que se comparó torcetrapid más atorvastatina frente a atorvastatina sola; e) el estudio ACCORD (Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes), en el que aunque el control intensivo de la hemoglobina produjo menores tasas de hemoglobina glicosilada, al mismo tiempo fue asociado a una mayor muerte cardiovascular que con el control convencional; f) el estudio ILLUMINATE, en el que torcetrapid más atorvastatina produjeron un aumento del colesterol HDL y una reducción del colesterol LDL mejores que atorvastatina sola, pero asociándose con un aumento significativo de la mortalidad total y mortalidad CV; g) los estudios CORONA, GISSY y AURORA, en los que rosuvastatina no se asoció con mejores resultados que placebo en mortalidad total, mortalidad CV y morbilidad CV en pacientes en prevención secundaria, a pesar de significativas reducciones en el colesterol LDL.
5) Trabajar con los pacientes para una agenda compartida (y no ceder automáticamente a los fármacos que solicitan; considerar la no adherencia antes de añadir más fármacos al régimen; evitar reiniciar fármacos que no tuvieron éxito previamente; discontinuar el tratamiento con fármacos innecesarios; y respetar las reservas de los pacientes acerca de los fármacos).
6) Considerar los impactos más amplios y a largo plazo (sopesar los resultados a largo plazo, y darse cuenta de que la mejora de los sistemas y organización pueden superar los beneficios marginales de los nuevos fármacos).
Los autores concluyen que nada de esto es particularmente nuevo, ni ninguno de los principios es controvertido. Pero tomados juntos representan un cambio en el paradigma de la prescripción, desde el equivocado “más fármacos y más nuevos es lo mejor” al más prudente y certero “menos fármacos y más tiempo testados es lo mejor”. Los clínicos no deben confiar en su intuición ni en variables intermedias cuando haya resultados experimentales en salud con mayor cantidad y calidad de verdad, sino que deben esforzarse en establecer un prudente balance de beneficios menos riesgos cuya magnitud y relevancia clínica justifiquen los inconvenientes y los costes.
Galo A. Sánchez. Oficina de Evaluación de Medicamentos (SES). Cáceres

domingo, 18 de diciembre de 2011

Un Nuevo Orden Social. El Plan.


Cuando comenzó la Revolución Industrial en Gran Bretaña, a fines de los años 1800, se podía ganar mucho dinero invirtiendo en fábricas e industrias, abriendo nuevos mercados, y obteniendo el control de fuentes de materias primas. Los que tenían más dinero para invertir, sin embargo, no se encontraban tanto en Gran Bretaña sino más bien en Holanda. Holanda había sido la mayor potencia occidental en los años 1600, y sus banqueros eran los principales capitalistas. A la busca de beneficios, el capital holandés fluyó hacia el mercado bursátil británico, y así los holandeses financiaron el ascenso de Gran Bretaña, que luego eclipsó a Holanda económica y geopolíticamente.

De esta manera el industrialismo británico llegó a ser dominado por inversionistas acaudalados, y el capitalismo se convirtió en el sistema económico dominante. Esto condujo a una gran transformación social. Gran Bretaña había sido esencialmente una sociedad aristocrática, dominada por familias terratenientes. A medida que el capitalismo llegaba a ser económicamente dominante, los capitalistas llegaron a ser dominantes en la política. Las estructuras tributarias y las políticas de importación-exportación fueron gradualmente modificadas para favorecer a los inversionistas por sobre los terratenientes.

Ya no era económicamente viable mantener simplemente una propiedad en el campo: había que desarrollarla, convertirla para un uso más productivo. Los dramas victorianos están repletos de historias de familias aristocráticas que enfrentan tiempos difíciles, y se ven obligadas a vender sus propiedades. Por propósitos dramáticos, esa decadencia es generalmente atribuida a un defecto de algún carácter, tal vez un primogénito débil. Pero en los hechos la decadencia de la aristocracia formaba parte de una transformación social más amplia causada por el ascenso del capitalismo.

El negocio del capitalista es la administración de capital, y esa administración es manejada generalmente a través de la mediación de bancos y casas de corretaje. No sería sorprendente que los banqueros de inversión llegaran a ocupar la cúspide de la jerarquía de la riqueza y el poder. Y de hecho, hay un puñado de familias de banqueros, incluidos los Rothschild y los Rockefeller, que ha llegado a dominar los asuntos económicos y políticos en el mundo occidental.

A diferencia de los aristócratas, los capitalistas no están ligados a un sitio, o al mantenimiento de un lugar. El capital es desleal y móvil – fluye a donde se puede encontrar el mayor crecimiento, tal como fluyó de Holanda a Gran Bretaña, luego de Gran Bretaña a EE.UU., y hace poco de todas partes a China. Tal como una mina de cobre puede ser explotada y luego abandonada, bajo el capitalismo toda una nación puede ser explotada y luego abandonada, como lo vemos en las áreas industriales oxidadas de EE.UU. y Gran Bretaña.

Este desapego por el lugar conduce a un diferente tipo de geopolítica bajo el capitalismo, en comparación con la aristocracia. Un rey va a la guerra cuando ve una ventaja para su nación al hacerlo. Los historiadores pueden ‘explicar’ las guerras de los días pre-capitalistas, en términos del engrandecimiento de monarcas y naciones.

Un capitalista provoca una guerra a fin de lograr beneficios, y de hecho las familias bancarias de nuestra elite han financiado ambos lados de la mayoría de los conflictos militares desde por lo menos la Primera Guerra Mundial. Por ello los historiadores tienen problemas para ‘explicar’ la Primera Guerra Mundial en términos de motivación y objetivos nacionales.

En los días pre-capitalistas la guerra era como el ajedrez: cada lado trataba de ganar. Bajo el capitalismo la guerra es más bien como un casino, en el cual los jugadores participan mientras pueden conseguir dinero para más chips, y el ganador siempre resulta ser la banca– los banqueros que financian la guerra y deciden quién será el último en resistir. Las guerras no son solo las más lucrativas de todas las empresas capitalistas, sino al elegir a los vencedores, y administrar la reconstrucción, las familias bancarias de la elite logran, con el pasar del tiempo, adecuar la configuración geopolítica para que sirva sus propios intereses.

Las naciones y las poblaciones son solo peones en sus juegos. Millones mueren en las guerras, infraestructuras son destruidas, y mientras el mundo se lamenta, los banqueros cuentan sus ganancias y hacen planes para sus inversiones en la reconstrucción de posguerra.

Desde su posición de poder, como financistas de gobiernos, las elites bancarias han perfeccionado con el tiempo sus métodos de control. Manteniéndose siempre entre bastidores, tiran las cuerdas que controlan a los medios, los partidos políticos, las agencias de inteligencia, los mercados bursátiles, y las oficinas gubernamentales. Y tal vez la mayor palanca de poder es su control sobre las monedas. Mediante su timo de los bancos centrales, causan ciclos de auge y ruina, imprimen dinero de la nada y luego lo prestan con intereses a los gobiernos. El poder de la pandilla bancaria de la elite (los ‘banksters’) es absoluto y sutil…

Algunos de los hombres más importantes de EE.UU. tienen miedo de algo. Saben que hay un poder en algún sitio, tan organizado, tan sutil, tan vigilante, tan entrelazado, tan completo, tan dominante que más vale que no hablen en voz alta cuando lo hacen para condenarlo. – Presidente Woodrow Wilson.

El fin del crecimiento – los banksters contra el capitalismo

Siempre fue inevitable, en un planeta finito, que habría un límite para el crecimiento económico. La industrialización posibilitó que hayamos acelerado precipitadamente hacia ese límite durante los últimos dos siglos. La producción se ha hecho cada vez más eficiente, los mercados cada vez más globales, y finalmente el paradigma del crecimiento perpetuo ha llegado al punto de la disminución de la rentabilidad.

Por cierto, a ese punto ya se llegó cerca de 1970. Desde entonces el capital no ha buscado tanto el crecimiento mediante un aumento de la producción, sino más bien mediante la extracción de mayores rendimientos de niveles de producción relativamente limitados. De ahí la globalización, que transfirió la producción a áreas de bajos salarios, asegurando mayores márgenes de beneficios. De ahí la privatización, que transfiere a inversionistas las corrientes de ingresos que antes llegaban a los tesoros nacionales. De ahí mercados de derivados y divisas, que crean la ilusión electrónica de crecimiento económico, sin producir nada efectivamente en el mundo real.

Durante casi cuarenta años, el sistema capitalista se mantuvo mediante estos diversos mecanismos, ninguna de los cuales fue productivo en algún sentido real. Y entonces, en septiembre de 2008, el castillo de naipes se desplomó, de repente, poniendo de rodillas al sistema financiero global.

Si se estudia el colapso de las civilizaciones, se aprende que esa incapacidad de adaptación es fatal. ¿Está cayendo en esa trampa nuestra civilización? Tuvimos dos siglos de verdadero crecimiento, en los cuales la dinámica de crecimiento del capitalismo estuvo en armonía con la realidad del crecimiento industrial. Luego tuvimos cuatro décadas de crecimiento artificial – el capitalismo sustentado por un castillo de naipes. Y ahora, después del colapso del castillo de naipes, parece que se hace todo esfuerzo posible por producir ‘una recuperación’ – ¡del crecimiento! Es muy fácil obtener la impresión de que nuestra civilización se encuentra en un proceso de colapso, basado en el principio de la incapacidad de adaptación.

Una impresión semejante sería parcialmente correcta y parcialmente equivocada. A fin de comprender la situación real tenemos que hacer una clara distinción entre la elite capitalista y el propio capitalismo. El capitalismo es un sistema económico impulsado por el crecimiento; la elite capitalista es la gente que se las ha arreglado para conseguir el control del mundo occidental durante la operación del capitalismo en los últimos dos siglos. El sistema capitalista ha sobrepasado su fecha de vencimiento, la elite bankster conoce perfectamente ese hecho – y se está adaptando.

El capitalismo es un vehículo que ha ayudado a llevar a los banksters al poder absoluto, y no tienen más lealtad a ese sistema que al lugar, o a cualquier cosa o cualquier persona. Como mencioné anteriormente, piensan a escala global, y naciones y poblaciones son los peones. Definen lo que es dinero y lo emiten, exactamente como el banquero en un juego de Monopoly. También pueden inventar un nuevo juego con otro tipo de dinero. Hace tiempo que han llegado más allá de toda necesidad de depender de algún sistema económico en particular para mantener su poder. El capitalismo fue útil en una era de rápido crecimiento. Ante una era sin crecimiento, se prepara un juego diferente.

Por lo tanto, no se permitió que el capitalismo muriera una muerte natural. En su lugar fue derribado mediante una demolición controlada. Primero lo pusieron en un sistema de soporte vital, como mencionamos anteriormente, con globalización, privatización, mercados cambiarios, etc. Luego le inyectaron una solución eutanásica, en la forma de burbujas inmobiliarias y derivados tóxicos. Finalmente, el Banco de Pagos Internacionales –el banco central de los bancos centrales– canceló el sistema de soporte vital: declaró la regla de ‘valoración a precios de mercado’, que llevó a la insolvencia instantánea de todos los bancos en posesión de riesgos, aunque tardó un tiempo antes de que fuera aparente. Cada paso en este proceso fue cuidadosamente planificado y dirigido por la clique de los bancos centrales.

El fin de la soberanía – La restauración del antiguo régimen

Tal como fue dirigido cuidadosamente el colapso financiero, lo fue el escenario posterior al colapso, con sus programas suicidas de rescate. Los presupuestos nacionales ya estaban puestos al límite; ciertamente no había reservas disponibles para salvar a bancos insolventes. Por lo tanto los compromisos de rescate no eran otra cosa que la aceptación de nuevas deudas astronómicas por los gobiernos. A fin de pagar los compromisos del rescate, ¡hubo que pedir prestado el dinero al mismo sistema financiero que era rescatado!

No era que los bancos fueran demasiado grandes para quebrar, más bien los banksters eran demasiado poderosos para quebrar: hicieron a los políticos una oferta que no podían rechazar. En EE.UU. se dijo al Congreso que sin rescates habría ley marcial a la mañana siguiente. En Irlanda, se dijo a los ministros que habría caos financiero y disturbios en las calles. De hecho, mientras Islandia se manifestaba, la manera sensata de tratar a los bancos insolventes fue un proceso ordenado de suspensión de pagos.

El efecto de los rescates bajo presión fue transferir la insolvencia de los bancos a los tesoros nacionales. Las deudas bancarias fueron transformadas en deudas soberanas y déficits presupuestarios. Ahora, de un modo bastante predecible, son las naciones las que buscan rescates, y esos rescates llegan con condiciones. En lugar de la suspensión de pagos de los bancos, tienen lugar las de las naciones.

En su libro Confesiones de un sicario económico, John Perkins explica cómo se ha coaccionado al Tercer Mundo durante las últimas décadas –mediante presión y trucos de diversos tipos– para que acepten una esclavitud perpetua de endeudamientos. Intencionalmente, las deudas nunca pueden ser pagadas. En su lugar, las deudas deben ser periódicamente refinanciadas, y cada vuelta de refinanciamiento entierra más profundamente a la nación en deudas – y la lleva a someterse a dictados aún más drásticos del FMI. Con el colapso financiero orquestado, y el timo del ‘demasiado grande para quebrar’, los banksters han creado una situación en la que no hay vuelta atrás: los planes del sicario operan ahora aquí en el primer mundo.

En la UE, la primera vuelta de naciones en caer serán los así llamados PIGS –Portugal, Irlanda, Grecia, y España. La ficción de que los PIGS pueden encarar los rescates se basa en la suposición de que se reanudará la era del crecimiento ilimitado. Como lo saben perfectamente los banksters, simplemente no va a suceder. Finalmente los PIGS se verán forzados al default, y entonces el resto de la UE también se derrumbará, todo parte de un proyecto de demolición controlada.

Cuando una nación sucumbe a la esclavitud por la deuda, deja de ser una nación soberana, gobernada por algún tipo de proceso político interno. En su lugar cae bajo el control de los dictados del FMI. Lo que hemos visto en el Tercer Mundo, y sucede ahora en Europa, esos dictados tienen que ver con austeridad y privatización. Las funciones del gobierno son eliminadas o privatizadas, y los activos nacionales son vendidos. Poco a poco –de nuevo una demolición controlada– la nación Estado es desmantelada. Finalmente, las funciones primordiales que le quedan al gobierno son la represión policial de su propia población, y el cobro de impuestos para entregarlos a los banksters.

En los hechos, el desmantelamiento de la nación Estado comenzó mucho antes del colapso financiero de 2008. En EE.UU. y Gran Bretaña comenzó en 1980 con Reagan y Thatcher. En Europa, comenzó en 1988, con el Tratado de Maastricht. La globalización aceleró el proceso de desmantelamiento, a través de la exportación de puestos de trabajo e industrias, programas de privatización, acuerdos de ‘libre comercio’ y el establecimiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC), destructora de regulaciones. Los eventos desde 2008 han posibilitado la rápida aceleración de un proceso que ya estaba bien encaminado.

Con el colapso, los rescates, y el hecho de que no haya iniciado ningún tipo de programa efectivo e recuperación, las señales son muy claras: se dejará que el sistema colapse totalmente, allanando así el terreno para una ‘solución’ previamente diseñada. Mientras se desmantela la nación Estado, se establece un nuevo régimen de autoridad global para reemplazarla. Como podemos ver en el caso de la OMC, el FMI, el Banco Mundial, y las otras partes del embriónico gobierno global, el nuevo sistema global no mostrará pretensiones de representación popular o proceso democrático. El gobierno tendrá lugar a través de burocracias autocráticas globales, que recibirán sus órdenes, directa o indirectamente, de la camarilla bankster.

En su libro The Globalization of Poverty [La globalización de la pobreza], Michel Chossudovsky explica cómo la globalización, y las acciones del FMI, crearon una pobreza masiva en todo el Tercer Mundo durante las últimas décadas. Como podemos ver, con el dramático énfasis en la austeridad, después del colapso y los rescates, este proyecto de creación de pobreza ya no tiene vuelta atrás. En este nuevo sistema mundial no habrá ninguna clase media próspera. Por cierto, el nuevo régimen se parecerá en mucho a los antiguos días de la realeza y la servidumbre (el antiguo régimen). Los banksters son la nueva familia real, y todo el mundo será su dominio. Los tecnócratas que dirigen las burocracias globales, y los mandarines que se presentan como políticos en las naciones residuales, son la clase superior privilegiada. El resto de nosotros, la abrumadora mayoría, nos veremos en el papel de los siervos empobrecidos – si tenemos la suerte de ser uno de los supervivientes al proceso de colapso.

Actualmente, los estadounidenses se indignarían si tropas de la ONU entraran a Los Angeles para restaurar el orden; mañana lo agradecerán. Vale especialmente si se les dice que hay una amenaza exterior del más allá, sea real o promulgada, que amenazaría nuestra propia existencia. Entonces todos los pueblos del mundo rogarán a los dirigentes del mundo que los liberen de ese mal. Lo único que todo hombre teme es lo desconocido. Cuando se le presenta ese escenario, renunciará voluntariamente a los derechos individuales a cambio de la garantía de su bienestar otorgada por su gobierno mundial. – Henry Kissinger, hablando en Evian, Francia, 21 de mayo de 1992, reunión de los Bilderberger.

El fin de la libertad – El Estado policial global

Durante las últimas cuatro décadas, desde aproximadamente 1970, hemos estado viviendo un proceso de cambio de régimen, de un antiguo sistema global a un nuevo sistema global. En el antiguo sistema, las naciones del primer mundo eran relativamente democráticas y prósperas, mientras el Tercer Mundo sufría bajo la tiranía de Estados policiales, pobreza masiva, e imperialismo (explotación por potencias extranjeras). Como mencionamos anteriormente, el proceso de transición ha sido caracterizado por un cruce del Rubicón – la introducción al primer mundo de políticas y prácticas, que antes eran limitadas, en la mayor parte, al Tercer Mundo.

Por lo tanto la esclavitud de la deuda con el FMI cruzó el Rubicón, posibilitado por el timo del colapso-rescate. Por su parte, la pobreza masiva está cruzando el mismo Rubicón, debido a medidas de austeridad impuestas por el FMI, con sus nuevos poderes de posesión de bonos. El imperialismo también está cruzando el Rubicón, mientras el primer mundo cae bajo el control explotador de los banksters y sus burocracias, un nexo del poder que es ajeno a todas las identidades nacionales. No es sorprendente que la tiranía del Estado policial también esté cruzando el Rubicón: la imposición de niveles de pobreza del Tercer Mundo requiere métodos de represión del Tercer Mundo.

El movimiento contra la globalización puede ser considerado como el comienzo de la resistencia popular contra el proceso de cambio de régimen. De la misma manera, la reacción policial a las manifestaciones contra la globalización de Seattle, en noviembre de 1999, puede ser interpretada como el ‘cruce del Rubicón’ de la tiranía policial estatal. La violencia excesiva y arbitraria de esa reacción –incluyendo cosas como mantener abiertos los ojos de la gente y pulverizar pimienta en ellos– no tuvo precedentes en acciones contra manifestantes no violentos en una nación del primer mundo.

Irónicamente, la reacción policial, especialmente porque fue tan ampliamente publicitada, fortaleció realmente el movimiento contra la globalización. A medida que las manifestaciones crecían en tamaño y fuerza, la reacción policial se hizo aún más violenta. Un cierto clímax fue alcanzado en Génova, en julio de 2001, cuando los niveles de violencia de ambas partes casi comenzaron a parecer una guerra de guerrillas.

En esos días el movimiento contra la globalización dominaba las páginas de noticias internacionales, y la oposición a la globalización alcanzaba proporciones masivas. El movimiento visible era solo la punta de un iceberg antisistémico. En un sentido muy real, el sentimiento popular general en el primer mundo comenzaba a tomar un giro radical. Los dirigentes del movimiento pensaban ahora en términos de un movimiento anticapitalista. Había volatilidad política en el aire, en el sentido de que, posiblemente, un sentimiento popular ilustrado podría lograr un cambio en el curso de los eventos.

Todo eso cambió el 11 de septiembre de 2001, el día en el que cayeron las torres. El movimiento antiglobalización, junto con la propia globalización, desaparecieron casi enteramente de la conciencia pública en ese día aciago. De repente había un escenario global totalmente nuevo, todo un nuevo circo mediático – con un nuevo enemigo – un nuevo tipo de guerra, una guerra sin fin, una guerra contra fantasmas, una guerra contra el “terrorismo”.

Anteriormente vimos cómo el colapso financiero orquestado de septiembre de 2008 posibilitó que ciertos proyectos existentes fueran rápidamente acelerados, como ser el desmantelamiento de la soberanía, y la imposición de austeridad. Del mismo modo, los eventos de septiembre de 2001 posibilitaron que otros proyectos existentes fueran acelerados considerablemente, como ser el abandono de las libertades civiles y del derecho internacional.

Antes de la caída de las torres, ya habían redactado la “Ley Patriota”, que proclama de manera muy clara que había llegado el Estado policial (a EE.UU.) con toda su fuerza y para quedarse – la Declaración de Derechos perdió su fuerza legal. Antes de mucho tiempo, legislación ‘antiterrorista’ semejante había sido adoptada en todo el primer mundo. Si algún movimiento antisistémico volvía a levantar cabeza en el primer mundo (como lo hizo, por ejemplo, recientemente en Grecia), se podrían poner en práctica poderes policiales arbitrarios –tantos como fuera necesario– para aplastar la resistencia. No se permitiría que ningún movimiento popular desbaratara los designios de cambio de régimen de los banksters. El movimiento antiglobalización había estado gritando: ‘así es la verdadera democracia’. Con el 11-S, los banksters replicaron: ‘así es la verdadera opresión’.

Los eventos del 11-S llevaron directamente a las invasiones de Iraq y Afganistán, y en general ayudaron a crear un clima en el cual se pudo justificar fácilmente las invasiones de naciones soberanas, con una u otra excusa. El derecho internacional fue abandonado de un modo tan exhaustivo como lo fueron las libertades civiles. Tal como se eliminó toda restricción de las intervenciones policiales interiores, se eliminó toda restricción de las intervenciones militares geopolíticas. Nada debía ponerse en el camino de los planes de cambio de régimen de los banksters.

La era tecnotrónica involucra la aparición gradual de una sociedad más controlada… dominada por una elite, no limitada por valores tradicionales… esta elite no dudaría en lograr sus objetivos políticos utilizando las últimas técnicas modernas para influenciar la conducta pública… La persistencia de la crisis social, la emergencia de una personalidad carismática, y la explotación de medios de masas para obtener la confianza pública serían los escalones en la transformación de a poco de EE.UU. en una sociedad altamente controlada… Además, podría ser posible –y tentador– explotar para fines políticos estratégicos los frutos de la investigación sobre el cerebro y la conducta humana – Zbigniew Brzezinski, La era tecnotrónica, 1970.

La era post capitalista – Nuevos mitos para una nueva cultura

Puede que 2012 no sea el año exacto, pero cuesta ver que la jugada final dure mucho más – y los amos del universo aman el simbolismo, como en 11-S (tanto en Chile como en Manhattan), ELK 007, y otros. 2012 está cargado de simbolismo, por ejemplo el Calendario Maya, e Internet es un hervidero de diversas profecías relacionadas con 2012, estrategias de supervivencia, espera de intervenciones alienígenas, etc. Y luego está la cinta de Hollywood, 2012, que presenta explícitamente el fin de la mayor parte de la humanidad, y la salvación planificada previamente de unos pocos. Uno nunca sabe con las producciones de Hollywood, lo que es fantasía escapista, y lo que apunta a preparar simbólicamente la mente del público para lo que vendrá.

Sea cual sea la fecha exacta, toda la serie se entrelazará, geopolítica e interiormente, y el mundo cambiará. Será una nueva era, tal como el capitalismo fue una nueva era después de la aristocracia, y la Alta Edad Media siguió a la era del Imperio Romano. Cada era tiene su propia estructura, su propia economía, sus propias formas sociales, y su propia mitología. Esas cosas deben relacionarse coherentemente entre sí, y su naturaleza proviene de relaciones de poder y de circunstancias económicas fundamentales del sistema.

Cada vez que hay un cambio de era, la era anterior es satanizada en una nueva mitología. En la historia del Jardín del Edén la serpiente es satanizada – un símbolo reverenciado en el paganismo, el predecesor del monoteísmo. Con la aparición de las naciones Estado europeas, fue satanizada la Iglesia Católica, y se introdujo el protestantismo. Cuando llegaron las repúblicas, la satanización de los monarcas fue una parte importante del proceso. En el mundo posterior a 2012, se satanizará la democracia y la soberanía nacional. Esto será muy importante, para conseguir que la gente acepte un régimen totalitario arbitrario…

En esos terribles días tenebrosos, antes de la bendita unificación de la humanidad, la anarquía reinaba en el mundo. Una nación atacaba a otra, nada mejor que los depredadores en la selva. Las naciones no tenían coherencia a largo plazo; los votantes pasaban de un partido al otro, manteniendo siempre en transición y confusión a los gobiernos. ¿Cómo pudo llegar alguien a pensar que las masas de gente semieducada podrían gobernarse, o dirigir una sociedad compleja? La democracia era un experimento mal concebido que condujo solo a la corrupción y al gobierno caótico. ¡Qué suerte tenemos de estar en este mundo tan ordenado, en el cual la humanidad ha llegado finalmente a crecer, y en el cual aquellos con la mejor experticia toman las decisiones para todo el globo!

El capitalismo tiene que ver con crecimiento, progreso, y cambio. Bajo el capitalismo las virtudes de ambición, iniciativa y competitividad son elogiadas, porque esas virtudes sirven la dinámica del capitalismo. La gente es alentada a acumular cada vez más, y a no darse jamás por satisfecha con lo que tiene. Bajo el capitalismo, la gente tiene que tener un poco de libertad, y un poco de prosperidad, para que la dinámica del capitalismo pueda operar. Sin una cierta libertad, la ambición no puede motivar; sin prosperidad ¿cómo se puede lograr la acumulación? En el mundo post capitalista, las virtudes capitalistas serán satanizadas. Será muy importante para lograr que la gente acepte la pobreza y la regimentación…

La busca de dinero es la raíz de todo mal, y el sistema capitalista es inherentemente corrupto y derrochador. La anarquía reinaba en el mercado, mientras las corporaciones buscaban a ciegas beneficios, sin preocuparse por las necesidades humanas o por la Tierra. Cuánto más sensatas son nuestras brigadas de trabajo, que producen solo lo necesario, y usan solo lo que es sustentable. El capitalismo alentaba la codicia y el consumo; la gente luchaba para competir los unos contra los otros, por ‘ser los primeros’ en la carrera de ratas. Cuánto más sabios somos ahora, que vivimos con nuestras cuotas racionadas, y aceptamos los deberes que se nos asignan, sean cuales sean, sirviendo a la humanidad.

En este cambio de régimen que introduce la era post capitalista, vemos una orquestación consciente de economía, política, geopolítica y mitología – como un proyecto coordinado. Se está creando toda una nueva realidad, toda una nueva cultura global. Cuando se trata del tema, la capacidad de transformar la cultura es la máxima forma de poder. En solo una generación, una nueva cultura se convierte “en así son las cosas”. ¿Y qué, podemos preguntar, podría bloquear el camino de algunas futuras manipulaciones del régimen cultural que pueda prever la familia real bankster?

Desde que se introdujo la educación pública, el Estado y la familia han competido por controlar el condicionamiento de la infancia – y en la infancia se transmite la cultura a la próxima generación. En el micro-administrado futuro post capitalista, es muy probable que veamos la ‘solución final’ del control social, o sea que el Estado monopolice la educación de los niños. Eso eliminaría de la sociedad el lazo entre padre e hijo, y de ahí los lazos relacionados con la familia en general. Ya no existe un concepto de parientes, solo de otros miembros de la colmena. La familia debe ser satanizada. Aquí en Irlanda, ya hay anuncios publicitarios en la televisión que dramatizan los sufrimientos de niños que son abusados o descuidados por sus padres…

Qué horribles eran esos días, cuando parejas sin permiso, sin capacitación, tenían control total sobre niños vulnerables, tras puertas cerradas, con todas las neurosis, adicciones, o perversiones que los padres llegaran a tener. ¿Cómo existió durante tanto tiempo ese vestigio de esclavitud patriarcal, la guarida refugio del abuso infantil, sin ser reconocida por lo que era? Cuánto mejor nos va ahora, con niños educados científicamente, por personal capacitado, que les enseña disciplina y valores sanos.


Este artículo apareció primero en New Dawn Nº 128 (septiembre-octubre de 2011).

RIchard K Moore, es un expatriado de Silicon Valley en retiro, emigrado a Irlanda en 1994 para comenzar su ‘verdadero trabajo’ – tratar de comprender cómo funciona el mundo, y cómo podemos mejorarlo. Muchos años de investigación y escritura culminaron en su libro ampliamente aclamado Escaping the Matrix: How We the People Can Change the World (The Cyberjournal Project, 2005).

Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=27188

lunes, 5 de diciembre de 2011

EL CRIMEN DE LA DEUDA. Ahora a los "desarrollados"

El Crimen de la Deuda
FUENTE:
http://www.huellasdelahistoria.com

Semanas atrás, Huellas de la Historia y El Club de la Pluma organizaron una serie de presentaciones literarias con el objetivo de repensar críticamente nuestra historia pasada y reciente, en el marco de la conmemoración de un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.
En la oportunidad, uno de los escritores invitados fue Néstor Forero(1), quien presentó su último libro “El crimen de la deuda externa”, una obra necesaria para entender el presente de nuestro país. En ella el autor detalla el minucioso trabajo de investigación que viene desarrollando desde hace 27 años para conocer el origen y crecimiento de la deuda externa argentina.
Desde el 16 de diciembre de 2009 Forero forma parte del grupo que asesora al juzgado que investiga la deuda desde 1976 a la fecha. Su designación le permitió tener acceso a las dos causas iniciadas por Alejandro Olmos: la que investigó la deuda externa contraída por el Estado Nacional durante el período 1976/1982 que tuvo el fallo en julio de 2000, en que se calificó a la deuda como fraudulenta e ilegítima; y otra posterior por la deuda privada traspasada al Estado y toda la deuda externa contraída y renegociada durante los sucesivos gobiernos democráticos hasta nuestros días.
Su escrito es un testimonio valioso que explica con sencillez los cómo, cuándo, porqué de este crimen organizado contra el pueblo argentino, y la pelea de un puñado de argentinos para que se decrete la nulidad de la deuda contraída durante el proceso cívico-militar de 1976/1983 en base a la ilicitud y fraudulencia de las operaciones. Cruda descripción de un saqueo permanente de un país que produce alimentos para 300 millones de personas pero tiene una parte de su población por debajo de la lía de la pobreza.
-¿De dónde surge la idea del libro y cuánto hace que viene investigando?-El tema de la deuda externa lo vengo investigando desde hace 27 años. En diciembre de 2009 fui nombrado auditor por el juzgado que investiga la deuda. Justamente este libro, “El crimen de la deuda externa”, pretende ser un documento de rendición de cuentas a la nación de lo que hemos visto, investigado, denunciado y solicitado. Hemos tratado de hacer un libro sencillo, de no más de 200 páginas para que pueda ser leído porque sabemos que los grandes volúmenes quedan en el olvido. Simplemente queremos que la gente tenga un pantallazo sobre el principal problema que ha tenido la República Argentina, este fraude que se ha creado a la nación y al pueblo argentino y porqué esto explica la pobreza que hemos tenido en estos años, la desnutrición, la falta de industrialización, la falta de educación y el saqueo permanente de los recursos, lo cual convirtió a nuestro país en territorio tributario.
-En cierto modo, la investigación que viene desarrollando es una continuación del trabajo de Alejandro Olmos, ¿verdad?-Sí, yo tomo las investigaciones que había presentado don Alejandro Olmos. Él presentó más de una denuncia; la primera la hizo en el año 1982 por la deuda del Estado contraída durante la dictadura militar, que tuvo un fallo en julio del año 2000, donde se decretó que la misma era fraudulenta y ficticia. Pero además, él hizo otra denuncia por la deuda privada contraída durante el proceso militar y las renegociaciones posteriores que hizo el gobierno de Alfonsín y que también abarca el período democrático hasta nuestros días. Eso se juntó en otra causa que es en la que fui designado auditor. Lo que nosotros hemos hecho como auditores –y digo nosotros porque somos cuatro personas: dos maestros: el doctor Miguel Ángel Espeche Gil, dos veces candidato al premio Nobel de la Paz y el doctor Julio González, que fue secretario Legal y Técnico de Perón, y sus discípulos: la doctora Graciela González, quien es abogada al igual que las dos personas que mencioné anteriormente, y un contador público, que soy yo. Nosotros nos presentamos en el juzgado y al tener acceso a ambas causas, 55 mil fojas, notamos que en la causa que ya tiene fallo, el mismo es incompleto porque si bien allí se declara que el proceso de endeudamiento fue fraudulento, ficticio e ilegítimo, y lo detecta, como dice el fallo, en no menos de 477 operaciones, el juez tendría que haber decretado la nulidad absoluta de esas operaciones. Esto implica que todas las renovaciones que se hayan hecho caen por su propio peso. Es decir, todos los pagos que se han efectuado se han hecho por deudas que no se deben. Entonces hay que reclamar la restitución de los pagos efectuados. Eso convertiría a la República Argentina de deudora a acreedora internacional.
El fallo ya lo señala así. Ha habido varias pericias que demuestran que Argentina al 31 de diciembre de 1983, al regreso de la democracia, era acreedora y no deudora del mundo. Lo que nosotros le pedimos al juez – y ahora a la Cámara porque el juez se negó a tratarlo- es que simplemente se cumpla con la ley. El juez debe declarar la nulidad de la deuda; lo manda el Código Civil, debe decretar la nulidad de las operaciones que han sido fraudulentas. Para eso necesitamos que el pueblo argentino conozca este fraude y tome conciencia y nos ayude para que la presión popular haga que el juez cumpla con su obligación.
-El fallo del año 2000 declaró la deuda ilegítima y fraudulenta. Pero ¿cuál ha sido el peso en concreto que ha tenido este dictamen?-Si no se declara la nulidad, es una simple declaración de barricada porque no tiene ningún efecto jurídico, ni económico, ni social, ni político. Es como si a una persona le falsificaran la firma en un pagaré. Esa persona va a la Justicia y el juez dice: “La firma es falsificada, pero pague”. Ese es el escándalo que tenemos hoy. Por eso necesitamos llevarle todo el conocimiento a todo nuestro pueblo para que sepan lo que pasa y tomen conciencia de que este es el principal problema de Argentina, porque somos acreedores y no deudores, y en el medio hemos pagado 218 mil millones de dólares por una deuda de 7.600, y todavía debemos 180 mil millones más. Es una locura y un verdadero saqueo; es una estafa al pueblo argentino y lo peor es que lo estamos pagando con el hambre de nuestros hijos, con la falta de salud y de educación. Es un genocidio hecho, no por entelequia, sino por organizaciones delictivas como el Fondo Monetarios Internacional, el Banco Mundial, empresas que han participado de este saqueo y funcionarios públicos que hoy están impunes, que andan por la calle y muchos de ellos nos siguen queriendo dar lecciones de moral por las cámaras de televisión.
-¿Cuáles son las principales consecuencias que el pueblo argentino ha tenido que padecer por esta deuda ilegal?
-El hambre, la desnutrición, la falta de recursos, la desindustrialización. La deuda era originariamente de 7.600 millones al 24 de marzo de 1976. Cuando asume Alfonsín, la deuda era de 44.300 millones de dólares y 18.000 fábricas menos. Cuando Alfonsín le entrega el gobierno a Menem, la deuda ascendía a 64.000 millones de dólares y 54.000 fábricas menos. Cuando Menem termina su mandato, entrega el poder con una deuda de 140.000 millones de dólares, después de haber entregado todo el patrimonio público a través de las privatizaciones y con 108.000 fábricas menos. Esa es la causa de la falta de recursos, de la falta de trabajo genuino, de la falta de las cuestiones más elementales de la vida. En el medio, se nos mueren los niños y los ancianos por la falta de recursos. Todo este sistema de injusticia que padece el pueblo argentino, la represión, las guerras químicas y bacteriológicas que nos han metido, como las drogas o las pandemias, son parte de la dominación. Ellos necesitan que no sólo la República Argentina sino todo el continente americano, el africano y distintas partes del mundo requieren de una escasa cantidad de población, la mínima esencial para su propia seguridad. El problema de la deuda no es sólo argentino, sino que es mundial en el cual los bancos han estafado al mundo. Escuchamos decir que la crisis financiera de 2008 al 2010 se produjo por activos tóxicos. ¿Qué tóxicos? Son fraudes producidos por bancos contra los norteamericanos y los ahorristas del mundo. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Los bancos hoy por hoy son los verdaderos ejércitos de ocupación imperiales que someten a los pueblos, y la deuda externa es el mecanismo que tienen para el saqueo.
-¿Considera que la población conoce este tema?-Creo que el pueblo intuye que esto es una trampa, pero no conoce los mecanismos. Además, la mayoría de los partidos políticos tiene un discurso uniforme: hay que pagar, no se discute, de la deuda no se habla; son parte de la dominación. Pero, ¿cuál es nuestra tarea? Dar testimonio. Tuvimos la oportunidad de ver in situ el fraude y por eso tenemos que darlo a publicidad para que, ante la estúpida resignación, estalle la santa indignación del pueblo argentino ante los responsables de esta tragedia, que ha sido planificada. Nosotros en el libro decimos que no tenemos 30.000 desaparecidos, tenemos casi un millón y para decir esto utilizamos las cifras de los censos. Cuando en el año 70 nos censaron, éramos 21 millones de habitantes. Por la tasa de crecimiento que teníamos, que era del 2,2 por ciento, los censistas planificaban que en el año 2000 íbamos a ser 40 millones. Cuando nos censaron en el año 2001, la sorpresa fue que éramos 36,2 millones y teníamos 2,8 millones de argentinos en el exterior. El total era de 39 millones, cuando en realidad tendríamos que haber sido 40 millones. Nos falta un millón de argentinos. Recién ahora, 10 años después, somos 40 millones. Eso se debe analizar teniendo en cuenta el cambio del sistema económico, porque pasamos de tener un sistema de producción industrial y tecnológico a otro basado en la renta financiera y la explotación sólo de materias primas sin valor agregado. En el medio se nos murieron un millón de personas a razón de que casi 10 mil niños mueren por año antes de cumplir un año de vida y 19 mil niños antes de cumplir cinco años, por razones solamente económicas, sociales y culturales totalmente evitables. Multiplicando esa cifra por 30 años que lleva la implementación de este sistema y nos da como resultado la cifra que nos marca la magnitud de este genocidio de carácter financiero, que tiene a la deuda externa como el pilar básico de esta esclavitud. Somos esclavos en nuestra propia tierra.
-En este proceso de investigación que viene llevando, ¿has recibido algún tipo de presiones o intimidaciones?-Sí, pero es parte del juego y uno lo debe tomar como las reglas básicas de lo que está haciendo. Me preocuparía que lo que estamos haciendo no tuviera ningún tipo de repercusión. Cuando uno se decide a hacer esto, sabe que son las condiciones lógicas y las asume. Es más importante dar el testimonio que los miedos personales; es más importante que los jóvenes entiendan porqué pasa lo que pasa, que las chicanas que podamos recibir por ahí.
-La gente interesada en colaborar con esta causa, ¿qué puede hacer? -Estaría muy bien poder juntar unas cuantas firmas para entregárselas a la Cámara que hoy tiene el fallo, en apoyo a nuestra gestión. Nosotros estamos pidiendo, por un lado, la nulidad absoluta de la deuda contraída por el Estado durante el proceso militar, y por el otro, en otro juzgado, estamos pidiendo que se suspenda la prescripción de las condiciones civiles para que los responsables de haber contraído este fraude a la nación, paguen con sus bienes personales. Estamos hablando de que todos los Ministros de Economía y todos los Presidentes del Banco Central, que son los que fundamentalmente firman los acuerdos por la deuda externa, paguen con sus bienes personales. Estamos diciendo que Martínez de Hoz, Alemman, Sourrouille, Cavallo, Machinea y unos cuantos más, le restituyan al Estado y al pueblo argentino la riqueza mal habida que han tenido por su inconducta y su traición a la patria.
-La suspensión de la prescriptibilidad, ¿sólo se puede hacer declarándolo un crimen de lesa humanidad?-Nos vendría muy bien que la causa sea imprescriptible, pero con las normas jurídicas actuales cuando pasan 10 años de un fallo penal, tenés 10 años para hacer una demanda civil. El día que se cumplían 10 años del fallo de la causa de Alejandro Olmos y quedaban impunes todos estos crímenes contraídos durante el proceso militar, nosotros nos presentamos ante un juez contencioso administrativo y solicitamos la suspensión de la prescripción hasta tanto el Estado argentino se presente y sea querellante contra los civiles que contrajeron fraudulentamente esta deuda. Así como en el actual gobierno hay toda una política para perseguir justicieramente a los civiles que participaron del proceso militar y del genocidio, desde el punto de vista del saqueo y la muerte de nuestros compañeros, también los responsables financieros de ese proceso deben pagar con sus bienes personales por el saqueo argentino.
-En este proceso de dar a conocer su libro y su investigación, ¿cuál ha sido la respuesta de la gente?-Primero no lo pueden creer y luego tiene lugar la indignación. Espero dar la movilización para que, por un lado, los movimientos sociales apoyen esta causa, porque aquí estamos librando una batalla cultural ante la resignación. Nos quieren imponer la resignación de que nada se puede hacer ya. Ante eso decimos: “Si se puede hacer” y no tenemos que inventar nada, las leyes están y dentro del marco jurídico podemos hacer justicia. La movilización popular es la única que nos puede ayudar.
Notas:1. Néstor Forero es doctor en Ciencias Económicas y se ha especializado en temas vinculados a la deuda externa. Realizó estudios ampliatorios y maestrías en economía, economía monetaria, cuentas públicas, impuestos nacionales, derecho tributario internacional, estrategia y filosofía medieval. Ha publicado los libros "Deuda externa y crimen social en Argentina" (2003) y "El saqueo de 1806. Valor actual del saqueo inglés" (2005) y “La matriz bicentenaria de dominación” (2008). Sus artículos han sido difundidos por periódicos y revistas, siendo actualmente un conferencista permanentemente invitado por Universidades y Sindicatos. Como único contador público independiente que asesora al juzgado que investiga la deuda externa argentina desde 1976 a la fecha este es su testimonio.