martes, 24 de mayo de 2011

Cuidar a los que cuidan

La hora de proteger a los que cuidan

Por el Dr. Jorge Gilardi,
Presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la CABA


/www.revistamedicos.com.ar/numero63/columna_gilardi.htm
Marzo 2011

El año pasado hemos instalado el tema de seguridad en la agenda. Los médicos se convirtieron en víctimas de los ataques y la violencia se incrementó en la toma del Parque Indoamericano durante los aciagos días del mes de diciembre.
Nosotros redoblamos los reclamos para que los profesionales tengan seguridad. El año pasado los médicos salieron a la calle para que la gente sepa qué estaba pasando y muchos no lo creían. Hay situaciones que son alarmantes. En la Capital Federal los jóvenes son los más agresivos, muchos llegan excitados por los efectos del alcohol o drogas.
Nosotros afirmamos que una sociedad que no cuida a quienes cuidan está enferma. Estas agresiones son señales de descomposición social. El año pasado tuvimos 100 casos entre denunciados y comentados informalmente. Hay barrios de emergencia en que nos cobran peaje para entrar, una verdadera locura. Y no nos queremos acostumbrar a vivir con eso. Tuvimos una reunión con los Ministros de Salud y Seguridad de la Ciudad en las que empezamos a analizar acciones. Nos cuidamos nosotros pero también a los pacientes, a quienes debemos llegar.
Es importante saber que hoy el 45 por ciento de los argentinos se atiende en los hospitales, aunque sólo se dedica el 23 por ciento del gasto público.
En este sentido, cabe señalar que ante la creciente ola de agresiones la Asociación de Médicos Municipales reorientó los servicios de los letrados. Nuestros abogados primero defendían a los médicos por las acusaciones de mala praxis, pero en los últimos años los tienen que proteger de los ataques, las amenazas y los golpes de los pacientes.
Nuestras estadísticas nos indican que la espiral de violencia aumentó desde 2007 y la institución tiene un número de asistencia las 24 horas del día.
Un dato es contundente: de cada diez médicos, ocho sufrieron algún tipo de ataque, pero sólo dos hace la denuncia; sin embargo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en los últimos tres años las denuncias subieron de 8 a 19 y si se tiene en cuenta la proporción de las agresiones se llegarían a los casos con resultados estadísticos anuales.

POLITICAS DE SALUD

La AMM siempre habló de la necesidad de implementar políticas públicas de salud. Esto es asignar más recursos al área, aumentar los insumos, los nombramientos, terminar con la capacidad ociosa edilicia y todos aquellos factores que provocan largas colas para atenderse, listas de espera y demás, porque eso también provoca que la gente se altere y en muchos casos, no siempre, termine poniendo como enemigo al médico.
El gasto en salud no es un gasto, es una inversión y es lo que, en definitiva, termina marcando a la sociedad.
En la mesa de negociación también estará el tema salarial. El año pasado conseguimos un significativo aumento de 32 por ciento, una de las cifras más altas obtenidas; además de que los residentes fueron incorporados a las paritarias. El compromiso es seguir trabajando para la mejora salarial de los médicos municipales.
Con todo, también tenemos expectativas que van más allá de los macro y tiene que ver con el crecimiento de la institución. Hoy nos enorgullece ver el crecimiento de nuestro Polideportivo que ha sido un punto de encuentro para los profesionales durante el verano.
Todavía tenemos cosas para hacer. Insistimos en la lucha de este gremio por la recuperación del 82% móvil y por la suba del mínimo no imponible. El Comité Ejecutivo y nuestros abogados se reunieron con legisladores nacionales y locales para plantearles nuestra posición, tanto sobre la ley como sobre la brutal inequidad del descuento del mínimo no imponible en los valores actuales. La ley fue vetada, pero nunca bajaremos nuestras banderas. El 82% móvil es algo que el Estado le debe a nuestros jubilados, quienes fundaron este gremio e hicieron grandes los hospitales públicos. La Argentina misma tiene esta deuda con cinco millones de compatriotas.
En un año con un desafío importante no sólo para los profesionales, sino para las autoridades que deben dar las respuestas adecuadas y sin fisuras.

El talón de Aquiles de las prepagas

Acceso, efectividad clínica y sustentabilidad financiera:
la construcción de un reaseguro para enfermedades catastróficas
Por Carlos Vassallo
Consultor Economía y Gestión de la salud - vassalloc@gmail.com // www.lgsconsulters.com

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Las enfermedades financieramente catastróficas constituyen una fuente creciente de preocupación en aquellos sistemas de salud parciales y fragmentados.
Las enfermedades catastróficas pueden definirse desde la bibliografía especializada como aquellas que tienen:
a) bajo impacto sobre la carga de enfermedad (incidencia baja y el tratamiento en muchos casos es paliativo dado que no existe alternativa de curación).
b) alto costo de los tratamientos por que requieren intervenciones de alto costo en algunos casos y en otros requieren tratamientos repetitivos y prolongados en el tiempo (cáncer, cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, enfermedades mentales, discapacidades, etc.). 1
c) generan severos daños en la salud y la economía familiar de quien las padece.
d) Una parte importante de los gastos están destinados a medicamentos.

Las enfermedades raras son un grupo de patologías que afectan a un número reducido de personas, 1 cada 2.000 habitantes.2 En países con cobertura universal e integral el pool de riesgo (toda la población del país) permite compensar los riesgos individuales con los colectivos. En los sistemas mixtos donde conviven público, privado y seguridad social los fondos aseguradores que tienen una escasa cantidad de afiliados no pueden manejar los riesgos. Por ejemplo una familia hemofílica rompería el equilibrio actuarial existente.
El cáncer se fue convirtiendo en la principal causa de muerte en el mundo, superando las dolencias cardíacas y matando más gente que el Hiv-Sida, malaria y tuberculosis juntas. En el año 2030 el mundo tendrá 27 millones de enfermos y estará obligado a sepultar 17 millones de personas por año afectados por esta dolencia.3 Los especialistas plantean que el cáncer será en breve una epidemia. El paciente crónico complejo y/o frágil supone un 5% de la población y consume el 65% de la totalidad de recursos sanitarios”.4
Como bien señala Federico Tobar 5 “los países que lograron un modelo universal y único de protección social en salud, las catastróficas sólo presentan el desafío de una evaluación tecnológica adecuada y de protocolización de los tratamientos para lograr que los pacientes tengan respuestas homogéneas en calidad”.
Como bien es sabido en la Argentina convivimos con un esquema de cobertura fragmentado que genera serios problemas a los fondos de enfermedad al no poder alcanzar un pool de riesgo de equilibrio donde los riesgos buenos primen sobre los malos. Cuando el riesgo se divide en millones de beneficiarios no hay pacientes caros. Por ejemplo tratar a un paciente con Enfermedad de Gaucher puede costar más de u$s 300.000 dólares al año, esto compromete a un fondo pequeño pero resulta insignificante repartido entre 40 millones de habitantes. 6
La fragmentación política e institucional conduce a una situación de mercado, donde cada asegurador intenta resolver las necesidades de su población en forma individual sin contar con mecanismos solidarios e institucionales.
Las obras sociales sindicales y empresariales a partir del decreto 1615/1996 tienen un instrumento que es la Administración de Programas Especiales, cuya competencia y financiamiento se extraen de la Superintendencia de Servicios de Salud. Fue creado con el objetivo de descargar a las OO.SS. (fondos de enfermedad) de aquellas patologías menos frecuentes y más costosas pero ha carecido durante todos estos años de una gestión técnica sólida en el campo de lo actuarial y médico además de los problemas consabidos de transparencia en la asignación de recursos. Financiar prestaciones y/o tratamientos farmacológicos en base a historias clínicas inexistentes es un hecho muy grave que muestra los problemas de ausencia de controles y sanciones.
Por otra parte y en lo que constituye el mayor fondo de enfermedad del país, el INSSJP quien tiene a su cargo 4,2 millones de personas y cuenta con un nivel de ingresos (más de 15.000 millones de pesos anuales) que le permiten un mayor margen de maniobra para financiar prestaciones especiales incluso para darse el lujo de financiar en forma irracional determinadas prestaciones no siempre costo-efectivas.
Las obras sociales provinciales que están financiadas por los gobiernos provinciales y los empleados públicos se encuentran ante una variedad de casos de diversa dificultad, aquellas más pequeñas no pueden cubrir con los recursos y los gobiernos tienen que financiar o bien recurrir a mecanismos como la lotería provincial para poder realizar trasplantes y otras prestaciones complejas. Las más grandes tienen un margen mayor no obstante están buscando alternativas que les permitan compensar riesgos y coberturas ampliadas. Durante el año 2005 una obra social provincial con aproximadamente 450.000 personas beneficiarias de las cuales sólo 12.000 de ellos gastaban el 36% del total de los recursos. Desde la Presidencia de la COSSPRA se intenta avanzar en el dictado de una ley nacional que encuadre como políticas públicas a ciertas enfermedades de baja incidencia y alto costo. 7
La demanda de salud (tecnologías y medicamentos) no puede ser dejada en libertad de albedrío para que se coordine en forma espontánea por proveedores y pacientes. La asimetría informativa y los incentivos mal ubicados terminarán descargando sobre los fondos de enfermedad los mayores costos por comportamientos oportunistas del prestador y/o del paciente. La ausencia de criterios de regulación y una interpretación sin límites del derecho a la salud abierto con la reforma constitucional de 1994, están impactando progresivamente en el gasto sanitario.
Los seguros requieren programas de seguimiento de los pacientes más riesgosos (diabéticos, hemofílicos, fibroquísticos, etc.) con un sistema de alertas para el mantenimiento de la salud. Identificar grupos de riesgo que son los que requieren más presupuestos y que están sujetos a prescripciones y tratamientos no siempre costo efectivos. Los nuevos modelos de gestión de la enfermedad sin embargo no pueden controlar ni reducir el impacto de enfermedades catastróficas o de baja incidencia que se ven beneficiadas por los desarrollos de la biotecnología y la medicina genómica.
La Argentina como consecuencia de la alta inflación y de la inseguridad jurídica que ya arrastra varios años no tiene un desarrollo del sistema de seguros y reaseguros de salud.
El reaseguro constituye un esquema de superposición de la protección de los riesgos otorgando mayor estabilidad y solvencia al asegurador, que es quien, frente a sus beneficiarios asegurados, tiene la obligación de asumir el coste de las reclamaciones por eventos cubiertos por la cobertura legal. En los últimos tiempos asistimos también a un proceso de judicialización de la medicina como consecuencia de no haber sometido al Programa Médico Obligatorio a un debate más técnico, más amplio y analizando la sustentabilidad de lo financiero y costo efectividad de las prestaciones que allí se incluyen.
Con el Reaseguro se tiende a homogeneizar los valores asegurados y se limitan las responsabilidades asumidas, con lo que se permite el control de la frecuencia de siniestros (probabilidad de ocurrencia), de la intensidad del siniestro (alcance) y de su importe (cuantía), todo lo cual favorece una mayor capacidad y oferta de seguros para poder asumir un mayor espectro de riesgos. En términos sencillos y entendibles podríamos definir al reaseguro como "el seguro del seguro". En el caso de la cobertura de salud que nos ocupa intentaré explicar cómo funciona un reaseguro de un plan de salud.
Se trata de un contrato que suscribe la empresa aseguradora de salud con otra compañía (la reaseguradora), para que cubra parte (o la totalidad) del coste de determinados siniestros de muy baja incidencia pero con un alto costo particular. Es la manera que tienen las entidades aseguradores de asumir riesgos más elevados, como los que se van a ir presentando cada vez con mayor frecuencia considerando los desarrollos científicos tecnológicos en el área de la medicina, en particular el avance de la biotecnológica, la genómica, la nanotecnología y la informática aplicada a resolver problemas de salud muy complejos.
Los fondos de enfermedad (prepagas y obras sociales) han construido sus empresas sobre la base de un paradigma que comienza a tener serios problemas. Asegurar a personas sanas, jóvenes y brindar la prestación cuando la misma es solicitada o reclamada por el asociado correspondiente. Son muy extraños y limitados los casos de aseguradoras que gestionan la salud de la población, que trabajan en prevención, en educación para salud y promoción y que se anticipan a la enfermedad.
Más allá de las prevenciones respecto del incremento de los costos por innovaciones tecnológicas, reclamos judiciales y mayor demanda de los pacientes me permito ser optimista respecto a que en los próximos años asistiremos al desarrollo de instrumentos de reaseguros que permitan gestionar el riesgo sanitario en forma sustentable y superar este serio inconveniente que comienza a impactar cada vez más en las asignaciones presupuestarias de los fondos de enfermedad. La población sana que es la que menos demanda comenzará a tener dificultades para “mantener” su salud si los fondos no toman medidas con premura.
El camino de la racionalidad implica buscar instrumentos que permitan agrupar los riesgos de la población y diluirlos evitando los riesgos de seguir administrando en forma dispersa y fragmentada.

1-Propuesta para un sistema de Cobertura de Enfermedades catastróficas en Argentina. Jorge Colina. Fundación MAPFRE Estudios de Madrid.
2-Enfermedades raras: la organización disminuye la complejidad y mejora resultados Carlos Vassallo y Esteban Lifschitz. 3-Estas son conclusiones del Informe 2008 World Cancer Report divulgado por la Organización Mundial de la Salud.
4-Son los datos que aportó David Baulenas, director médico del Consorcio Hospitalario de Mollet del Vallès, a la mesa de debate sobre colaboración interprofesional en el entorno sanitario, celebrada en Barcelona en el marco del Congreso Europeo de Farmacia, Infarma 2011.
5-¿Qué aprendimos de las reformas de salud? Evidencias de las experiencias internacionales y propuestas para Argentina. Federico Tobar. Fundación Sanatorio Guemes. 2010.
6-Idem cita 5
7-Los nuevos paradigmas de las obra sociales provinciales. Declaraciones del Dr. Antonio La Scaleia. Presidente COSSPRA. Baires Salud.

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jueves, 5 de mayo de 2011

La ley de prepagas consolida la medicina parasitaria y el vaciamiento de las obras sociales

La existencia actual de las prepagas (con 4,5 millones de afiliados y 13 mil millones de pesos de facturación anual concentrados en un puñado de ellas) se explica por las leyes y decretos impulsados desde el gobierno de Alfonsín en adelante y, especialmente, por la obra del menemato, que a lo largo de los ‘90 avanzó en la mercantilización de la salud y las obras sociales. El kirchnerismo no ha tocado esta privatización noventista.
Actualmente, el 60% de los afiliados de la medicina privada proviene de los padrones de las obras sociales, las que se van vaciando de aportes y afiliados para quedar como simples oficinas de recaudación en favor de las prepagas, a cambio de un 5 ó 10% de comisión. Al amparo de la nueva ley, las prepagas y las burocracias sindicales podrán continuar con estos acuerdos y extenderlos.
La ley que los diputados están por votar incluye un escaso límite a las prepagas, cuyo vigor quedará sometido a la presión de las empresas sobre el gobierno cuando elabore el decreto reglamentario. "Las empresas sólo esperan que el Poder Ejecutivo ajuste la letra de la ley en la reglamentación a un texto que no sea tan nocivo para las prestadoras" (Ambito Financiero, 19/4). Y si con eso no alcanza, las privadas pueden llegar en cualquier momento al Ministerio de Salud, que será el que decidirá el nivel de las cuotas o cuánto de más deberá pagar un afiliado por superar los 65 años o cargar con una enfermedad pre-existente a su afiliación. En la comisión de seguimiento de las prepagas no hay ningún trabajador, solamente funcionarios de los ministerios de Economía y Salud.
La ley ni siquiera obliga a las prepagas a aceptar a personas enfermas, sólo les prohíbe rechazarlas aduciendo esa enfermedad, pero la prepaga puede negarse con la excusa de haber dejado de vender planes, como ya están amenazando sus dueños (La Nación, 25/4). Pero si dejan de vender planes en forma particular, se volcarán con más fuerza sobre los padrones de las obras sociales para mantener su negocio. Por eso es que la CGT ha desempolvado un reclamo defensivo, que ya había sacudido en 2008, para que se vote una ley que impida nuevos traspasos desde las obras sociales hacia las prepagas aunque dejaría vigentes los ya realizados.
Las prepagas rechazan que se las regule con el argumento de que implica obligarlas a responsabilidades que no les corresponden. "La garantía constitucional del servicio de salud la debe dar el Estado, mientras que la prepaga debería ser una alternativa; esta ley está hecha como si la responsabilidad de la salud fuera primariamente de las prepagas", dijo el dueño de Swiss Medical, una de las prepagas más grandes (La Nación, 25/4). El parasitismo de las prepagas no podía ser mayor: ¿cuál es la utilidad social de una empresa que recauda plata de gente que no está enferma y se niega a aplicarla en gente enferma? La única razón de ser de la prepaga es ganar dinero, por lo que procurarán recaudar la mayor cantidad de pesos y reducir al mínimo los gastos. Este lucro es una carga que solventan los afiliados para recibir servicios que están fuera de su control.
La ley que se está por votar apenas roza esta situación. Incluso más: como la privatización de la salud se realizó sobre la base de un negocio sin controles, ahora que se establece algún tipo de vigilancia sobre las prepagas, éstas han salido a decir que quebrarán. La patronal de la medicina privada admite así que su negocio sólo es rentable si se les permite aumentar a placer sus tarifas y poner todo tipo de trabas a la cobertura de sus afiliados, establecer contratos leoninos con sus proveedores y pagar salarios de miseria a sus médicos.
Hay que apuntar a un sistema estatal único de salud para toda la población, prestado a través de las obras sociales y los hospitales públicos, bajo control de los trabajadores y las organizaciones populares territoriales.
Paul Castañeda
Prensa O.